Ars longa, vita brevis (el arte, largo; la vida, breve)
Mi Jornada
Hace 41 años tuve un sueño. Un sueño y un deseo por vivirlo tan intenso que me consumía. Aún lo tengo: ser un auténtico budoka, un real y verdadero Michi no hito (un hombre del Camino), aquel que no teme la prueba del tiempo.
Comencé practicando Aikitai-jiujitsu japonés con un Maestro francés y héroe de la Segunda Guerra Mundial - el Sr. Georges London - en 1964. Luego estudié karate Shotokan japonés, Yoga hindú, Taekwon-do coreano y Shorin Ryu Karate-do, Kobu-do y Zazen de Okinawa.
Encontrar un “artista marcial” no es, de hecho, tan fácil como pueda parecer. La cruda verdad: gente rara, vestida con piyamas y cinturones de colores, gritando como loca y moviendo espasmódicamente manos y pies ... es, generalmente, todo lo que se obtiene.
El Maestro Nagamine Shoshin fue el mejor ejemplo de un genuino Michi no hito con quien yo haya tenido jamás el privilegio de practicar: la profundidad del arte del gran Maestro me marcó para siempre. En 1980, durante mi visita a Okinawa, me otorgó el título de Renshi (literalmente: “Guerrero Calificado”). ¡Fue un gran honor!
Luego comencé a practicar Shodo (caligrafía Zen) y Sumi-e (pintura Zen), porque un verdadero budoka debe ser un estudiante tanto del arma elegida como del pincel.
Fundé la escuela Okinawa-ken Ryu en 1982. Okinawa-ken Ryu es un estilo de Budo (el Camino Zen de detener el conflicto) de la familia Shorin (Shaolin en chino). El Budo legítimo tiene raíces en disciplinas tales como el Budismo Zen, el Taoísmo, el Bushido y el Shinto. El karate okinawense en particular es mucho más que el mejor arte de defensa personal sin armas jamás creado, es una terapia cinética mediante el Zen en movimiento. En 1988 publiqué mi libro “El Camino. La vivencia Zen en el karate okinawense” y, en junio del presente año, este sitio en la red.
Acortar la distancia entre dos culturas diferentes no es una empresa fácil. Hacerlo entre la oriental y la occidental ... es el trabajo de toda una vida. Si se le añade el auto-desarrollo de cuerpo, mente y espíritu ... más la comprensión, pulimento y repetición de toda una forma de arte y ciencia ... hasta el punto de volverla tan natural como caminar ... se comprenderá que una vida entera no es suficiente.
Algunas cosas - no obstante - he comenzado a comprender:
Unas pocas sugerencias:
En este momento tengo sobre mis hombros más de cuarenta años de estudiar, practicar y enseñar las así llamadas “artes marciales”. Ellas son en verdad un sendero a la iluminación y nadie puede proclamar “saber” un “camino marcial”: me considero simplemente un estudiante experimentado de karate y espero alcanzar mi más alto nivel posible ... ¡en los próximos cuarenta años!
J. E. Castro, 1964 - 5 de octubre - 2005
Ars longa, vita brevis (art is long, life is short)
My Journey
Forty one years ago I had a dream. A dream and a burning desire to live it. I still do: to be a real budoka, a real and true Michi no hito (a man of the Way), one who does not fear the test of time.
I started practicing Japanese Aikitai-jiujitsu with a French Master and World War II hero, Mr. Georges London, in 1964. Then I studied Japanese Shotokan karate, Hindu Yoga, Korean Taekwon-do and Okinawan Shorin Ryu Karate-do, Kobu-do and Zazen.
Actually finding a “martial artist” is not as easy as you may think. The awful truth: crazy people wearing pajamas and colored belts, yelling and spasmodically moving hands and feet ... is usually all you get!
Okinawan Master Nagamine Shoshin was the best example of a true Michi no hito I ever had the privilege to train with: I was lastingly impressed with the depth of the great Master's art. He granted me the title of Renshi (literally: “Qualified Warrior”) in 1980 during my visit to Okinawa. That was quite an honor!
Next I began practicing Shodo (Zen calligraphy) and Sumi-e (Zen painting), because a true budoka should be a student both of his chosen weapon and of the brush.
I established the Okinawa-ken Ryu school back in 1982. Okinawa-ken Ryu is a Budo style from the Shorin (Shaolin in Chinese) family. True Budo (the Zen Way of stopping conflict) has roots in such disciplines as Zen Buddhism, Taoism, Bushido and Shinto. Okinawan Karate in particular is more than the best weaponless self-defense art ever created, it is a kinetic therapy through moving Zen. In 1988 I published my book “The Way. The Zen experience in Okinawan karate” and in June of the present year this Web-site.
Bridging the gap between two different cultures is not an easy task. Doing it between the eastern and the western ones ... is a lifetime job. If you add the self-development of body, mind and spirit plus the understanding, polishing and repetition of a whole science and art form to the point of making it so natural as walking, you realize that a life span is not enough.
A few things -although- I did begin to understand:
A few suggestions:
At this time I have over my shoulders more than forty years of learning, practicing and teaching the so called “martial arts”. They are in truth a path of enlightenment and no one can claim to “know” a “martial way”: I do consider myself simply an old hand at studying karate and I hope to reach my highest level possible ... in the next forty years !!!
J. E. Castro, 1964 - October 5th - 2005
Explorar lo viejo / es comprender lo nuevo
Lo antiguo, lo moderno / es solamente una cuestión de tiempo
En todas las cosas el Hombre debe tener / una mente clara y un corazón honesto
El Camino: ¿quién va a transmitirlo / íntegra y honradamente?
Poesía del Maestro Gichin Funakoshi. Tokio, 1954
Caligrafía de J. E. Castro, 5 de octubre de 2006
To search for the old / is to understand the new
The old, the new / this is a matter of time
In all things man must have / a clear mind and a true heart
The Way: who will pass it on / straight and well?
Poem by Grandmaster Gichin Funakoshi. Tokyo, 1954
Calligraphy by J. E. Castro. October 5th, 2006